jueves, 11 de junio de 2009

EL ULTIMO SUEÑO

Relato inspirado en el cuadro de Frederic Leighton, titulado Sol ardiente de junio
(Trabajo del Taller)

Lentamente se despojó de su ropa y se introdujo en la bañera, la tibieza del agua confortó su cuerpo, y el dulce aroma de la esencia de violetas tranquilizó su alma. Cerró los ojos y se dejó llevar por aquél olor que la envolvía y a la vez la transportó a otro tiempo. Se vio pequeña, en el campo recogiendo las violetas silvestres que tanto le gustaban a su tía y que ella buscaba con tanto esmero para llevarle un ramito de regalo. Ese recuerdo junto con los atardeceres dorados por el ardiente sol de junio los veía con toda claridad en su cabeza. Fue la mejor época de su vida, los veranos con Luisa en aquella pequeña casa en medio de una pradera. Se relajó y procuró mantener esa imagen el mayor tiempo posible. Cuando volvió a la realidad, el agua se había enfriado, ya no era agradable permanecer en la bañera. Salió y se secó con suavidad, se envolvió en el albornoz y se cepillo el pelo. Se miró con calma en el espejo, pese a todo se conservaba muy bien. Después fue al ropero y buscó un hermoso camisón de suave seda, era de un color no muy definido, mezcla de salmón y dorado, se lo puso en recuerdo de aquellos atardeceres que tanto disfrutó en su niñez. Después abrió la estrecha gaveta de la mesilla de noche y sacó la cajita de los tranquilizantes, los volcó sobre la cama y los miró, eran pequeñas pastillas de color rosado, había muchas, las fue a contar pero cambió de opinión. Tomó el vaso de agua que dejó preparado antes del baño, y se fue tomando las diminutas grageas de tres en tres, cuando acabó respiró aliviada. Guardó la caja vacía dentro de la mesilla y se recostó en la cama. Por fin iba a dormir tranquila, sin tener más disgustos cada nuevo día. En los meses anteriores lo había dejado todo preparado, sus hijos pese a tenerla olvidada, tendrían cada uno de forma detallada lo que ella pensó que les gustaría. También les dejó una carta escrita donde les contaba su verdad, la autentica, no la mentira que les había hecho creer su padre. Notó que un suave sopor empañaba sus pensamientos, entonces se dijo, que ya estaba bien de tristezas. Sus últimas remembranzas quería que fueran los de su niñez, cuando de verdad fue feliz con tan poco. De nuevo recordó el ardiente sol de junio, se acurrucó en la enorme cama, como cuando era pequeña y en la hora de la siesta el calor la amodorraba. El olor a violetas le llegó como si las tuviera a su lado, quiso abrir los ojos, pero sus parpados pesaban mucho. Intentó verlas con la imaginación, pero sólo veía el resplandor dorado del atardecer. Por primera vez en muchos años se sintió feliz y tranquila en medio de aquel sueño dorado del que ya no volvió a despertar.

Pepi Núñez 24/04/09

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Hace tiempo que no publicaba nada mío, hoy comparto este pequeño relato. Buen fin de semana.

10 comentarios:

  1. una dulce forma de marcharse del mundo, con total traquilidad, con amor y con todos los recuerdos que le dan calor y amor...

    muy bonita la historia... ¡¡¡emotiva!!!

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  2. Bellisima historia, de ser me encantaria que asi sea, paz.

    Mi abrazo amigo y esperando que estes mejor, se que si! ADELANTE!

    Tere.

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  4. Quiero explicar que el comentario que he suprimido de mi querida Fire ha sido por deseo de ella. Sus palabras también a mi me llegaron al alma. Un beso con todo mi cariño.

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  5. La transparencia de tu mar de estrellas. Te transparenta en todos lo que comunicas.Me ha conmovido la historia.
    te dejo un abrazo

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  6. Lo bello de tus palabras ha podido a duras penas envolver una historia bien triste Pepi. Que sepas que se echaban en falta tus escritos, que ahora que llega el verano encontrarás decenas de bellas historias en las Canteras o donde quiera que mires, no las pierdas, sabes que somos muchos los que nos gusta venir a recogerlas a tu playa. Me ha encantado q casi coincidimos en nuestros comentarios jaja y que arte es lo que te sobra!!!!!!! Un besotorrón bien grande cielote y que empieces bien la semana

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  7. Es un realto precioso, no sé por qué pero se me han empañado los ojos de lágrimas. Me ha encantado, de verdad.

    Besotessssssssss

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  8. Mi querida Pepi.
    Vine a agradecerte el comentario que dejaste en el blog (los comentarios a los poemas) y me encuentro con que ya tienes publicado el ejercicio: te ha quedado muy bonito, amén de que el relato es bueno.
    Con respecto al último poema, en el que me dices que la foto te impactó y que salió en los diarios de tu isla, yo la "copié" de El País, también me llegó al alma (la poesía era de antes y la foto era la más idónea para ella; ambas estuvieron en my space hace ya casi cuatro años...).
    Un beso, Juani.

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  9. gracias pepi...
    ;-)

    te quiero un puñao preciosa

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  10. «Reflejados frente al destino éramos más que una razón de ser.»

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