La primavera

Después de un largo y lluvioso invierno, aquella mañana se acercó despacio al viejo almendro. Allí comprobó que pese a tener tantos años como él, las hermosas flores empezaban a brotar. Si, era cierto lo que había visto en el almanaque. Hoy empezaba la primavera, el invierno se le había hecho interminable, llegó a pensar que no llegaría vivo a la nueva estación. Pero si que llegó. Miró a su alrededor, las pequeñas florecillas, el verde que le rodeaba, todo le estaba diciendo que por fin había llegado su estación preferida.

Y en su cabeza, de nuevo, sonaron aquellos hermosos versos de Machado.

La primavera besaba

suavemente la arboleda,

y el verde nuevo brotaba

como una verde humareda.

Humilde homenaje a mi estación preferida, así como al día de la poesía, junto a una bella foto de mi hija Marta.