Adiós Berlanga

Admiraba mucho a Berlanga, sobre todo por sus primeras películas. Bienvenido Mister Marshall, la primera vez que la vi no la comprendí del todo, era muy niña, pero posteriormente, me maravilló. Sin embargo El Verdugo y Placido no las he podido olvidar. Yo creo que sólo un genio pudo contar verdades tan grandes y dolorosas, con ese humor (negro, desde luego) que lo mismo nos hacía llorar que reír, Placido me marcó, salí mala del cine, fue una interpretación memorable de Cassen, un humorista que allí se lució de lo lindo. El Verdugo la tengo tan clara, que parece que la vi ayer. Cuando se marcha alguien tan grande, no puedo dejar de rendirle mi último homenaje, por muy modesto que sea. Y un ruego, a los jóvenes que no dejen de ver estas tres películas, hoy escuché por la radio como mucha juventud las desconoce, alegan que es porque son en blanco y negro. Como se nota que no han descubierto el encanto de esas pelis grises, pero llenas de vida. No me puedo imaginar a Los hermanos Marx, o a mi admirado Fred Astaire en color, siempre los recordaré en blanco y negro.

Espero que al gran Berlanga le hayan recibido allá arriba como a los americanos de su película. Descansa en paz, los que amamos el cine no te olvidaremos.

Y ustedes no se olviden de Piedad.