Tejeda y Magec

Hacer un breve resumen de lo que fue la inauguración de la primera exposición de mi hija Marta, la verdad es que me va a costar mucho, y desde luego no es porque piense explicar foto por foto. Es que cuando el entorno que te rodea es tan grandioso (por supuesto hablo de Tejeda y toda la Cumbre) me faltan palabras para contarlo.

Si Dios quieren vendrán muchas más exposiciones, pero ésta no podremos olvidarla, y no es porque sea la primera, es por el inigualable marco que tiene.

Fue emocionante ver la cantidad de amigos que subieron al centro de la isla, pese a lo pronto que anochece; cuando te sientes tan arropada y querida, todo lo demás es secundario. Esa es la felicidad de la que hablaba en la anterior entrada, la única que es real y verdadera, puede durar, segundos, minutos o un par de horas. Pero seguirá viva en nuestro recuerdo para siempre. El sábado y el domingo lo pasamos genial, me traigo un recuerdo maravilloso de Tejeda y su gente, vine ayer y ya sueño en volver.

Quisiera compartir fotos, pero sinceramente, no tengo ni idea, el slide ya lo dejé por imposible, por dos veces he subido fotos, y no hay forma de que aparezcan. Al entrar en blogger, hablan de un álbum, así que intentaré averiguar algo.

La línea va fatal, así que me disculpan si hoy no paso, lo haré mañana. Dejo la música, por si alguno aún no sabe ser feliz con pequeñas cosas. La foto es de ayer, Marta tuvo que aparcar en el Parador de Tejeda, para que yo sacara unas fotos de la hermosa puesta de sol, hacía años que no subía, y para mí, aquello fue el remate de dos días geniales. Mi sobrino me sacó esta foto, y es la que dejo, se me ve poco, así no estropeo la belleza del momento.