Japón, mi sueño

Llevo días dudando si escribir, o no sobre lo que ocurre en Japón; al final no he podido evitar el hacerlo. No voy a decir nada nuevo, pero cuando pongo por escrito lo que pienso, es como si me liberase de algo que me oprime. Desde niña siento una tremenda admiración por este país, mi sueño era llegar a conocerle, eso de pequeña, cuando me enteré de las horas de vuelo, lo descarté. Me gusta la tranquilidad y paz que transmiten sus habitantes, sus meditaciones zen, sus jardines, creados en medio de una ciudad donde se mueven miles y miles de personas, ellos han creado jardines donde solo se escucha el canto de los pájaros, esto lo sé porque una prima que estuvo un mes allí grabó todo lo que vio, y yo disfruté ese vídeo de lo lindo. La noticia del terremoto y el posterior tsunami me dejaron consternada, por si eso fuera poco, las noticias de las centrales nucleares, son cada vez peores. A mí me admira la educación de estas personas, el saber reprimir su dolor, su extremado civismo, son humanos, tienen que sufrir, es terrible lo que allí está ocurriendo, pero ellos aguantan el tipo de una forma difícil de comprender, al menos para personas un tanto apasionadas como somos los de estas latitudes. No me los puedo quitar de la cabeza, ellos que sufrieron en sus carnes el horror de una bomba atómica, ahora volver a sentir el temor cercano de la radioactividad, pienso en eso y los veo tan tranquilos aguardando en la cola de los aeropuertos, o de las gasolineras, mirando los estantes vacíos de los supermercados y la verdad me pongo mala. Lo único que se me ocurre es mandarle mis pensamientos llenos de energía y mi deseo de que todo se arregle muy pronto, si ya una vez nos demostraron que unidos levantaron su país, estoy segura que de nuevo se repetirá el milagro. Cada vez que vean algo sobre Japón piense lo mejor para todos ellos, yo estoy segura que ese pensamiento en forma de energía les va a llegar.

Les dejo el enlace al blog de mi amiga Mercé, allí publica la carta de una japonesa, la cual nos hace pensar en el peligro de las centrales nucleares, yo desde luego no las quiero, hay otras alternativas. Lo que espero es que no suceda lo que ella dice.

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