El retrato de Dorian Gray

Era una adolescente cuando vi la película El retrato de Dorian Gray, quizás por eso me impresionó de una forma tremenda. Recuerdo que la deformación que iba sufriendo el cuadro, a mi me recordaba eso tantas veces escuchado de que la cara es el reflejo del alma. Durante un tiempo me daba pánico mirarme en el espejo, temía ver que asomara a mi rostro, algún signo de maldad (juro que no cometí ninguna) pero así y todo me asustaba. Por otro lado mi casa estaba llena de espejos, que esa es otra historia que tiene mucho que ver con las tormentas, y ya la contaré. Es que anoche no pude dormir, entonces mi cabeza dio cuarenta vueltas, y a mi mente vino el recuerdo de la peli, las tormentas y los espejos. Menudo cacao se me formó, pero al final saqué algo en claro. El dicho es cierto, la maldad se refleja en la cara, ayer lo pude comprobar. Si he de ser sincera, hasta me impresioné un poco. Resumiendo, no hagan maldades, a lo mejor somos menos “ricos” pero seguro que seremos más guapos, por fuera y por dentro. Antes de ser rica y fea, por favor que me quede como estoy. Que no digo con esto que yo sea guapa, pero después de lo que vi, casi, casi, je, je.

Encontré en youtube, dicha peli, es de 1945, y me la pienso ver enterita, hablo de la antigua, que por supuesto es más vieja que yo. Buen fin de semana, y se me portan bien.

Acabo de terminar de ver dicha película, lo que hace el paso del tiempo, me ha dejado como mismo estaba, me imagino que en su día, lo que me impresionó fue el impacto de ser la peli en blanco y negro, y el retrato se ve en color, eso, aparte de mis pocos años. Es mucho mejor leer la novela.